jueves, 12 de julio de 2007

Testigo de la vida de Manuel Arévalo Cáceres: JUVENAL ÑIQUE RÍOS

Sus ojos brillaron y su sonrisa me hizo recordar a mis nietos cuando alcanzan –con sus propios esfuerzos- algo que ellos se ilusionan. Noventa y dos -me dijo- y este 15. ¿De Julio? Sí, me contestó.

Después de disfrutar de esa alegría- confieso- quedé con la duda. Noventa y dos años cumpliría este 15 de julio quien, con entusiasmo inaudito, me enseñó un libro y, con rapidez, ubicó página la 242 – de las 264 que tiene. Con sus manos cansadas por el tiempo (no su lúcida memoria) me señaló una foto de hace 66 años. “Aquí estoy…”, me dijo sin ocultar su nostalgia.

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